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TERCERA GUERRA CARLISTA EN IRUN Y HONDARRIBIA (1872-1876) |
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CAPÍTULO 5
Ante lo que considera una flagrante violación de las leyes internacionales, el alcalde de Irun protesta ante el general jefe de las fuerzas francesas acantonadas en la frontera y exige la devolución de las municiones y el cañón incautados. No serán devueltos de inmediato sino a las dos de la tarde del día siguiente. Arana ha logrado disponer unos trescientos veinte hombres para emprender la peligrosa operación de apoyo a Behobia. Ocupa primero las alturas de Ibaeta, luego las de Asquenportu, mientras el resto de las fuerzas sale desde la plaza de Urdanibia por la carretera de Behobia, con el objetivo de desalojar a punta de bayoneta a los carlistas que ocupan las casas del barrio. Entretanto los carlistas han fabricado un artilugio, una especie de carro blindado con chapas de hierro que se desliza sobre ruedas, con unos 25 hombres en su interior portando un lanzador de petróleo, algo parecido a un lanzallamas. Consiguen llegar hasta el fortín, pero uno de los defensores se apercibe de que bajo el blindaje del carro aparecen los pies de los carlistas, por lo que comienzan a dispararles a las piernas, con tanto acierto que los atacantes abandonan el carro y salen huyendo hacia Navarra. Acto seguido Juan Arana ordena incendiar las casas inmediatas al fuerte de Behobia para evitar que los carlistas puedan parapetarse de nuevo en ellas.
Carro blindado carlista contra el fuerte de Behobia. (Colección R. Guirao).
Heridos y prisioneros carlistas saliendo del fuerte de Behobia. (G.Durand). (Museos Zumalacarregui).
(Continuará…)
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