Plaza
EMBAJADOR PEDRO DE ARISTEGUI
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A propuesta del Partido Popular el nombre le fue otorgado en el Pleno Municipal de fecha 4 de octubre de 1989
Se encuentra en el barrio de Anaka, en la zona de Puiana, entre la Avda. de Letxunborro y el Hospital Comarcal y está dedicada a Pedro Manuel de Aristegui y Petit, hijo y nieto de diplomáticos que nació en Irun el 16 de octubre de 1927.
Estudió derecho en la Universidad de Valladolid para ingresar en la Escuela Diplomática en 1957. Tras un breve período en el Ministerio de Asuntos Exteriores, fue destinado como secretario en la Embajada de Caracas (Venezuela). En 1963 fue nombrado Cónsul General adjunto en San Juan de Puerto Rico. En 1965 fue nombrado Cónsul General adjunto en Nueva York, regresando a España al año siguiente como director de medios de la Oficina de Información Diplomática. Más tarde ejercería como consejero de la Embajada de España ante Naciones Unidas, hasta que en 1972 fue nombrado Cónsul General de España en Hamburgo.
Allí empezaron sus problemas con el franquismo en su intento
de fundar un periódico para emigrantes, apoyado por un grupo
de simpatizantes comunistas. Fue cesado fulminantemente. A partir de entonces inició un largo y arriesgado periplo: Cónsul en Córdoba (Argentina), donde le tocó vivir el golpe de estado contra Allende; y embajador en Managua, en plena revolución Sandinista, siendo reconocida su labor al organizar personalmente la repatriación de casi tres mil ciudadanos.
En noviembre de 1980 acepta el reto de ser nombrado Gobernador Civil de Gipuzkoa. Llegó a sufrir cuatro atentados en dos años. Con la llegada del PSOE en 1982, se vio relegado por discrepancias ideológicas y su amistad con el expresidente Adolfo Suárez.
En 1984 le ofrecieron la embajada de Beirut, donde creció su popularidad por su habilidad diplomática y sus buenas relaciones con todos los bandos enfrentados en la guerra del Líbano. El domingo 16 de abril de 1989, un día de tregua, mientras esperaba a un grupo de invitados en su residencia del Palacio de Chenab, un obús sirio de 130 kilos segó la vida del diplomático, la de su suegro y la de su cuñada.
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