SECUESTRO FALLIDO


El 23 de octubre de 1940 tuvo lugar en la estación de tren de Hendaya una conferencia al más alto nivel entre Francisco Franco y Adolf Hitler.

 

 

 

Encuentro entre Franco e Hitler en Hendaya.

23 de octubre de 1940.

 

 

El objetivo era negociar las condiciones de una posible intervención española en la Segunda Guerra Mundial junto a las potencias del Eje, una intervención que nunca se produjo y que tal vez hubiera cambiado el devenir de la contienda.

 

Se cuenta que durante aquel memorable encuentro, la "Gestapo" (policía política del estado nazi) cruzó la frontera para secuestrar Juan Wollmer, y llevarle a Alemania, aparentemente con el consentimiento español, pero los trabajadores le escondieron en las instalaciones.

 

Tomando como referencia una entrevista publicada por Juan Antonio Lekuona "Gale", en la revista "El Irunés", fue Ernesto Etxeberria Jiménez, quien con otros compañeros de trabajo, llevó a Juan Vollmer a Madrid y como allí también eran perseguidos, pasaron a Portugal durante algún tiempo.

 

Otra de las versiones de antiguos operarios de la desaparecida fábrica era que fue Eugenio Celaya quien le ocultó...

 

Juan Wollmer, antes del año 1936 ya tenía un pequeño taller en Irun, en la calle Jacobo Arbelatiz donde trabajaban alrededor de treinta personas.

 

Pero su verdadera andadura industrial comenzó cuando compró una fábrica de hojas de afeitar  y fue autorizado a utilizar la marca "Palmera” en España que estaba ya registrada en 1864 en  su ciudad natal de Solingen, en Alemania.

Con el paso de los años la fábrica fue añadiendo nuevos pabellones, y potenciando la instalación de maquinaria cada vez más especializada y técnicamente más perfecta.


A partir de entonces la evolución de Palmera fue notable; cumplió unos objetivos muy precisos y se convirtió en un símbolo de calidad que respaldaría todos sus  productos.

 

Pero en los años 80 la dirección consideró necesario reducir la plantilla, por medio de jubilaciones anticipadas y resoluciones voluntarias de contrato, previa indemnización, hasta una cifra cercana a los seiscientos trabajadores, de los aproximadamente 1.300 con los que contaba la empresa en aquellas fechas.