SEGURIDAD CIUDADANA


 

El fondo histórico del Archivo Municipal de Irun es fuente inagotable de sucesos violentos de todo tipo.

 

 

 

Un lance en el siglo XVII.

(Francisco Domingo y Marqués).

 

Muchos altercados se iniciaban en las tabernas. En 1684, el entonces capitán (alcalde) José de Arbelaiz propuso que “para mayor quietud de la República de Irun-Uranzu, se tocase la queda, con campana, en invierno a las 9 de la noche y a las 10 en verano”. A partir de esa hora estaba prohibido que en ninguna taberna se sirvieran vino, ni sidra, y que tampoco se diesen naipes.

 

Está claro que a la justicia en Irun no le faltaba trabajo. Robos, heridas en reyertas y duelos, e incluso asesinatos.

A lo largo del siglo XVII hay registrados, al menos, una docena de asesinatos en Irun. Los métodos utilizados fueron de lo más variado, armas de fuego, estocadas e, incluso, pedradas.

 

La inseguridad ciudadana era tan evidente que el Concejo de Irun en sesión celebrada en fecha 3 de febrero de 1684 ordenó que "nadie llevara ningún arma vedada como pistolas o usaran puñales".

 

Los pasajeros que frecuentaban los caminos reales por Gainchurizqueta hasta Irun, se quejaban  de que ofrecían mucho peligro por los ladrones que por allí pululaban. Se acordó vigilar los caminos con varios hombres armados. Esto ocurría en el año 1680.

 

Por si fuera poco, adentrarse en el bosque era en ocasiones peligroso.

En 1700 el Concejo de Irun aceptó la propuesta del Ayuntamiento de Oyarzun, por la que los ganaderos de ambos pueblos pagaran un tanto anual para premiar a quienes trajeran lobos vivos o muertos, ya que eran muchos los que había en los montes de ambos pueblos.

 

Hay que remontarse hasta 1839 cuando la Diputación de Gipuzkoa creó su primera milicia foral. La denominó Celadores de Protección y Seguridad Pública.

Entre los años 1840 y 1850 surgen en las principales ciudades los Cuerpos de la Guardia Municipal, que tenían sus antecedentes en los y serenos.    

 

Fuente:

Fondo histórico del Archivo Municipal de Irun.