CORONACION DE LA VIRGEN DEL JUNCAL


En sesión realizada el 4 de setiembre de 1941, el Ayuntamiento de Irun acordó solicitar la tramitación de los requisitos necesarios para la Coronación canónica de la Virgen del Juncal.

 

 

Donostia 1954, año de la Coronación de la Virgen del Juncal.

Procesión en la que participaron las nueve Vírgenes coronadas existentes en la provincia de Gipuzkoa.

 

En el verano de 1953 se conoció la noticia de que el Papa Pío XII había concedido la bula pertinente que atribuía a Santa María del Juncal para que pudiera ser coronada.

 

La coronación canónica tuvo lugar el 30 de mayo de 1954, fecha en que la patrona de Irun recibió este reconocimiento, en la plaza de San Juan,  donde se instaló la imagen de la Vírgen. Allí mismo, el vicario general leyó la bula pontificia, con la asistencia de miles de fieles.

 

La corona se realizó con materiales que aportaron los fieles y se elaboró  en la joyería Aldanondo de San Sebastián.

 

Se había realizado una importante cuestación para financiar la corona que habría de ponerse sobre la cabeza de la Virgen y sobre la talla del Niño Jesús que sostiene sobre las rodillas.

Con posterioridad fueron añadidas algunas joyas a ambas coronas.

 

La Corporación Municipal celebró una reunión para determinar la colaboración que habría de prestar el Ayuntamiento a los actos de la Coronación Canónica de Santa María del Juncal, y costear el manto que había de lucir con tan fasto motivo.

Asimismo acordó acudir en Cuerpo de Comunidad a las solemnidades de la Coronación.  

 

 

 

 

A los pocos meses de su Coronación, el 31 de octubre de 1954, la imagen de la Vírgen del Juncal participó en Donostia en un acto que nunca antes se había producido y que difícilmente volverá a repetirse: las nueve Vírgenes coronadas existentes en la provincia de Gipuzkoa participaron en una procesión desde la iglesia de Santa María a la del Buen Pastor, a cuya entrada se había montado una tribuna en la que fueron colocadas todas las imágenes totalmente engalanadas.

Cantada la Salve, cada Vírgen regresó el mismo día a su punto de origen, siendo acompañada por sus respectivas autoridades y docenas de automovilistas, que no cesaron de tocar sus bocinas a lo largo de todo el recorrido.

 

 

Ofrenda de joyas por parte de la señora Julia Pardo, para la corona y otras piezas de orfebrería de la Vírgen del Juncal.

(A.M.I. Foto: Matías Guilló).