TXONDORRA


Según Luis de Uranzu, en 1625 existían en Irun cuatro ferrerías: Aranzate, Urdanibia, Ibarrola y Aranguren. En 1791, de las citadas, solo quedaban las dos primeras.

Para alimentar las fraguas se precisaban grandes cantidades de carbón vegetal que se obtenía de las “txondorrras” (carboneras).

 

 

Esquema de construcción de una “txondorra”.

 

Con palos entrecruzados se levantaba una chimenea que se iba rodeando de troncos verticales hasta formar un cono de aproximadamente 1,60 m. de altura.

Se cubría luego con una capa de tierra y musgo de unos 20 cm. de grosor y una vez encendida se tapaba la boca de la chimenea y se dejaba que el fuego se propagase lentamente hasta convertir en carbón todo el conjunto, abriendo unos agujeros laterales para que la combustión respirase.

La transformación en carbón duraba unos diez días, momento en que se taponaban los orificios y luego se dejaba apagar lentamente durante otros cinco días.

De unos dos mil kilos de leña se sacaban alrededor de mil de carbón.

 

 

 

"Txondorra" en plena combustión.

 

En el lugar donde se levantaban las “txondorras” se construían unas rudimentarias cabañas donde vivían los trabajadores ya que las carboneras debían estar vigiladas día y noche.

Esta práctica suponía, en algunos casos, un ingreso añadido para las gentes del campo.

La obtención de madera se llevaba a cabo los meses de invierno y la elaboración de carbón finalizaba a comienzos del verano.

 

 

Ejemplos típicos de hayas “trasmochas”.

 

La mayor parte de la madera se obtenía de las hayas ‘trasmochas’.

Se trataba de un peculiar sistema de poda, que se efectuaba cada pocos años y que se hacía a unos dos metros y medio de altura. El tronco quedaba vivo y seguía echando ramas, que se cortaban de nuevo unos 10 años más tarde con el fin de conseguir leña o carbón de sus nuevos brotes.